DONALD TRUMP, JAVIER MILEI, EL PROTECCIONISMO ANTI -LIBERAL Y SUS POSIBLES CONSECUENCIAS
Según informan La Nación y Clarín de la semana hasta el viernes 15 de noviembre de 2024, el gabinete de Donald Trump parecería inclinarse más hacia políticos de derecha y empresarios de la tecnología que tienen poco de académicos y de liberalismo. Esto tiene que ver con que en los Estados Unidos la escuela ultraliberal de Chicago, imperante hace 50 años, compartiendo la moda con el keynesianismo, ha evolucionado hacia la escuela de las expectativas racionales de Minnesota, al principio muy matemática, y también ultra liberal. Pero luego, a raíz de los descubrimientos de Robert Solow del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) de 1949, -un discípulo del keynesiano Paul Samuelson- que estableció que el crecimiento económico depende de la acumulación de capital humano, es decir de la educación y el desarrollo tecnológico, el liberalismo estadounidense evolucionó en dirección a favorecer a los grandes monopolios privados. Como por ejemplo los de Elon Musk, Apple, Google, etc. Porque allí se generaría el mayor desarrollo tecnológico y el crecimiento económico. Es decir, el liberalismo del siglo XX evolucionó mucho, y ahora parecen amar a los monopolios y las grandes empresas tecnológicas.
Además, el presidente electo Donald Trump tiene una marcada tendencia hacia el proteccionismo por temor a la competencia de China, otro gigante tecnológico cuyos ingenieros, paradojalmente, abrevaron de las fuentes del MIT. El que esto escribe, cuando estuvo en el “Center for International Affairs” de la Universidad de Harvard a mediados del decenio de 1980, solía tomar el subterráneo y meterse subrepticiamente en las clases de ingeniería del MIT donde pudo observar que el 90% de los alumnos eran japoneses, coreanos del sur y chinos.
El centro del poder tecnológico mundial en alguna medida se está pasando de Europa y Estados Unidos al Asia, China, Japón, Corea del Sur y Taiwán. País éste último que fabrica los chips más poderosos del mundo para las computadoras.
Supongamos que en este contexto el presidente Donald Trump induce una suba a la tarifa de importación de terceros países hacia USA al 10%, y las aplicables a las importaciones de China al 60%: se produciría como consecuencia una fuerte valorización del dólar. En nuestro país se agravaría su ya gravísimo problema de sobrevaluación cambiaria y deuda externa, tornando inviable el programa económico de Caputo. Si a ello agregamos que Argentina vota contra todo el mundo en Naciones Unidas, ¿cómo podríamos refinanciar nuestra deuda externa con el beneplácito del FMI, si EEUU y Trump tienen solamente el 16% del poder de voto en el FMI?
¿Y si a raíz de una suba de tarifas aduaneras discriminatorias de EEUU contra China, se generan serios problemas en el tratado internacional de la Organización Mundial del Comercio?
¿Y si China siguiendo los pasos de Lord Keynes, representante de Churchill en la Asamblea de Bretton Woods de 1944, de creación del FMI, propone una nueva moneda mundial y eliminar al dólar como moneda internacional, estableciendo un nuevo orden monetario entre las naciones, donde el dólar ya no fuera más el Rey? China tendría al respecto el apoyo de Rusia, la India, Brasil y Sudáfrica, e incluso quizá el de la propia Unión Europea. Por todas estas razones, creo que a Trump no le conviene levantar la perdiz, y, por el contrario, actuar cautelosamente.
" LA ECONOMIA NO ES LA CAUSA, ES LA CONSECUENCIA"
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